“El fundador de la Teología de la Liberación, la corriente
católica de inspiración latinoamericana que defiende a los pobres, tuvo el
martes pasado un recibimiento de héroe en el Vaticano, en momentos en que el
otrora criticado movimiento continúa su rehabilitación con el papa Francisco.
El reverendo Gustavo Gutiérrez Merino, de Perú, fue el
orador sorpresa este martes en el lanzamiento de un libro, en el que
participaron el cardenal Gerhard Mueller, jefe de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, entidad encargada de velar por que los sacerdotes no se
alejen de las enseñanzas centrales de la Iglesia; el cardenal Óscar
Rodríguez(Maradiaga) uno de los principales asesores del Papa, y el
portavoz del Vaticano”
Vatican Insider da más detalles sobre la presentación
del libro:
“Pobre y para los pobres”. La palabras del Papa son también
el título del más reciente libro de Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe.(Con poncho en la foto).Un texto que
parece ser el paso definitivo hacia una Teología de la Liberación
“normalizada”. El volumen, que cuenta con el prólogo de Francisco, se
presentó en un auditorio del Vaticano…
Müller es el principal artífice de esta “normalización” a
una corriente de pensamiento que todavía desata encendidos debates en América
Latina. Él es, desde hace décadas, amigo personal de Gutiérrez, “padre” de esa
teología. Tras la presentación del libro el flamante cardenal alemán
explicó a los periodistas por qué la apoya sin dudar.
Ahora bien, el fundador Gutiérrez publicó en 1973 Fe
cristiana y cambio social ,donde estampa estas lindezas “católicas” y de
las cuales nunca se arrepintió:
“… la lucha de clases es un hecho, y la neutralidad en
este asunto es imposible”.
“… no hay nada más cierto que un hecho. Ignorarlo es engañar
y dejarse engañar y, además, privarse de los medios necesarios para eliminar
verdadera y radicalmente esta condición ‒es decir,avanzar hacia una sociedad
sin clases“.
“Participar en la lucha de clases no sólo no se opone al
amor universal; hoy en día, este compromiso es el medio necesario e
ineludible para tornar este amor concreto, ya que esta participación es lo que
conduce a una sociedad sin clases, una sociedad sin propietarios y
desposeídos, sin opresores y oprimidos”.
“… la misión de la Iglesia se define práctica y
teóricamente, pastoral y teológicamente, en relación con… el proceso
revolucionario. Es decir, su misión se define más por el contexto político que
por problemas intraeclesiales”.
“… la lucha de clases existe dentro de la misma Iglesia … la
unidad de la Iglesia (es)… un mito que debe desaparecer si la Iglesia es
“reconvertida” al servicio de los trabajadores en la lucha de clases”.
“La solidaridad y protesta de que hablamos tienen en el
mundo actual, un evidente e inevitable carácter político, en tanto que
tienen una significación liberadora. Optar por el oprimido es optar contra el
opresor. En nuestros días y en nuestro continente, solidarizarse con el
pobre así entendido, significa correr riesgos personales… Es lo que ocurre a
muchos cristianos -y no cristianos- en el proceso revolucionario
latinoamericano”. (Ver Post del 11Sep 2013 “MÁS ALIENTO A LA REVOLUCIÓN” http://www.catapulta.com.ar/?p=11414)
No puede entonces el engañabobos del cardenal Müller hablar
de una Teología de la Liberación “normalizada”. Ya estamos grandes, Eminencia…
Por su parte, Francisco continúa alegremente con sus
jugueteos de político venido a más (a Papa u obispo de Roma, digo).
Nota catapúltica
Sobre la heterodoxia del Cardenal Müller verhttp://blog.messainlatino.it/2012/03/il-vescovo-di-ratisbona-mons-muller y
http://casadesarto.blogspot.com.ar/2014/02/borbonear-y-mullerear.html
FUENTE: CATAPULTA
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