sábado, 25 de abril de 2015

¿Divina Misericordia, o misericordia diabólica?


[Homilía para el Domingo de la Misericordia, Mons. Larry Silva, Obispo de Honolulú, Hawaii, Abr­12­2015, iglesia de Nuestra Señora del buen Consejo, Pearl City, Hawaii] 

Por supuesto que estamos aquí para celebrar la Divina Misericordia, ese increíble, abrumador, magnánimo, paciente y amoroso atributo con el que Dios nos persigue como un sabueso celestial para mantenernos cerca a Él cuando nos hemos desviado y pecado. Es una misericordia que vemos tan claramente en el Evangelio de hoy. Jesús primero encuentra a sus amigos más cercanos que lo abandonaron en su hora más grande de necesitad, incluyendo los tres que se quedaron dormidos cuando Él les pidió orar por él, y uno que negó incluso que lo conocía, no una vez, no dos veces, sino tres veces. Sus primeras palabras para ellos son: “¡La paz esté con Vosotros!”. En vez de exhalar regaños merecidos, sopló sobre ellos el don del Espíritu Santo. En lugar de regañarlos por ser poco dignos de confianza, confía una tarea a ellos, su propia misión de perdonar pecados. Cuando uno de ellos que no estaba con ellos cuando Él apareció por primera vez expresó la mayor duda y escepticismo, Él se le aparece y juguetonamente lo desafía para satisfacer sus dudas.

Esta es la Misericordia Divina que llevó a Jesús a perdonar a los que una injusta y cruelmente lo condenaron a una horrible muerte por crucifixión; eso sorprendió a un discípulo que creyó entender sus profundidades cuando sugirió qué significaba perdonar siete veces diciéndole que setenta veces siete veces estaba más cerca de la realidad. Esta es la Divina Misericordia que no escatimó incluso al Hijo de Dios para que diera su vida y así esa rebelde humanidad pudiera salvarse. Esta es la Divina Misericordia expresada en un padre que había casi como caído muerto por su hijo rebelde, pero que le da la de nuevo bienvenida con gran festividad cuando su hijo muestra aunque sea un poco de remordimiento. Tal misericordia es tan difícil de comprender, sin embargo, tan real.

Luego está la misericordia diabólica. Recientemente leí lo siguiente como reacción a los que insisten en creer en libertad religiosa que el verdadero matrimonio sólo puede ser entre un hombre y una mujer.

A mis amigos cristianos... el Jesús de la Biblia era un hombre que, cada vez que se confrontaba personas acusadas de algún pecado imperdonable, usualmente se sentaba y partía el pan con ellos. Ofrecía gracia, perdón y amor. [Joel Mathis, Honolulu Star­Advertiser, 04/05/15, p. E6.]

Es la naturaleza del diablo tomar la verdad y torcerla a sus perversos propósitos. Aquí el autor —y muchos otros en nuestra cultura de hoy— señalan la verdad de la magnánima misericordia de Jesús, pero presumen que la misericordia de Jesús no exige la conversión del pecado. Presumen que porque Jesús es tan misericordioso y tan amoroso, realmente no le importa si pecamos o no. Él es ciego al pecado, si él cree que hay una cosa así en lo absoluto, es porque él está ciegamente enamorado de cada persona. Tal pensamiento retorcido toma la verdad y la distorsiona de modo que ya no es la verdad, sólo lo opuesto. Si seguimos este camino de pensar hasta su lógica conclusión, entonces, tenemos que preguntar que significado tiene Jesús o cualquier clase de salvador para el caso. Si no hay pecado del cual necesitemos ser salvados, entonces ¿por qué molestarse en acercarse al trono de la misericordia? Si la gracia es tan barata que podemos chasquearle los dedos a Dios para ordenarla, ¿Entonces por qué Jesús se molestó en sufrir tanto por nosotros? ¿Por qué estuvo tan ansioso de ser tan herido, y de esas heridas derramar agua y sangre, para lavarnos y nutrirnos, si en primer lugar tal baño nunca fue realmente necesario?

¿Por qué Jesús no ordenó a Sor Faustina dirigir la pintura de su retrato con un guiño en su ojo, guiñándole a todo pecado y perversión que pudiéramos cometer porque realmente no importa? En cambio Jesús ordenó a Sor Faustina su retrato pintado con una enorme herida en su corazón, una herida que sangra porque está tan roto por lo que el pecado nos ha hecho; una herida que nos invita a acercarnos a ella para que nuestra suciedad pueda ser lavada en el agua como en un océano de misericordia?

Tal vez es eso por lo que el número de personas que confiesan regularmente sus pecados hoy es tan bajo. Hemos sido engañados por un concepto diabólico de misericordia que nos convence que el amor de Dios es tan inmenso que no hay posibilidad de castigo. Tal vez es eso por lo que tan pocas personas se acercan al Señor Jesús para adorarlo, para gritarle: “¡Señor mío y Dios mío!”, ya que si no hay necesidad de un Salvador, entonces ¿para qué dar algún tiempo a Jesús? Satanás, nuestro antiguo enemigo, es tan astuto. Él no retrata a Jesús como un juez severo que está listo para condenarnos por la mínima transgresión de la ley. El diablo toma la verdad de la inmensidad de la misericordia de Dios y lo distorsiona para convencernos de que no hay nada que pudiéramos hacer que necesitare en absoluto el baño de la misericordia, simplemente porque a Jesús no le importa si pecamos o no. Esta es la misericordia diabólica. Es esta diabólica misericordia que la Divina Misericordia desea destruir. Jesús dijo: “¡Arrepentíos y creed en el  evangelio!”. Pero si a Él no le importa si pecamos, ¿por qué debería importarle si nos arrepentimos?

La Divina Misericordia sabe muy bien que somos pecadores, que nos hemos dejado engañar tan fácilmente como nuestros primeros padres se dejaron engañar. La Divina Misericordia ve claramente nuestra inmundicia y nuestra anemia, y nos lava con agua y sangre del costado herido de Jesús, no para afirmarnos en nuestro pecado, sino para amarnos en la conversión. La Divina Misericordia se sienta y comparte el pan con los más grandes pecadores, pero nunca para pasar por alto nuestros pecados, sino más bien para permitir que el amor de Jesús hiera tanto nuestros corazones que queramos arrepentirnos. Él abre su corazón a nosotros los pecadores para que ya no consideremos como gravosos los mandamientos de Dios, sino como nuestro camino hacia la libertad y el gozo.

Hay una gran lucha estos días entre la sutil pero destructiva misericordia diabólica, que hace guiños al pecado, y la Divina Misericordia, que mira penetrante mira al pecado e invita al pecador a alejarse y ser lavado en el eterno manantial del agua y la sangre que viene del costado herido de Jesús. Podemos tan fácilmente ser engañados. Es por esto que es tan importante siempre reconocen la necesidad de un Salvador y clamarle, “Señor mío y Dios mío” Es por esto que es esencial no tener miedo sino siempre gritar: “¡Jesús, Yo confío en Ti!

TOMADO DE: Secretum Meum Mihi

Catolicismo Romano y forma política de Carl Schmitt

Publicamos a continuación uno de los textos de Schmitt más sugerentes e importantes, pero a la vez, uno de los que menos atención ha recibido.




Schmitt - Catolicismo romano y forma política by Giovanni Rodríguez

Avisos de derrumbe


por Juan Manuel de Prada


AVISOS DE DERRUMBE

JUAN MANUEL DE PRADA

Para gesto diarreico y genuflexo, el del Gobierno español concediendo el premio Cervantes a Goytisolo


ANDAN en la pérfida Albión mohínos porque hay más mahometanos británicos incorporados a las filas de ISIS que a su ejército. Y se preguntan consternados cómo ha podido ocurrir tal cosa, si la mayoría de los yihadistas británicos son residentes de tercera o cuarta generación, completamente «integrados» en los modos de vida occidentales. ¿Tan difícil resulta comprender que alguien que vive completamente «integrado» en el vomitorio de la inanidad occidental, ese páramo de nihilismo que luce como florecillas más perfumadas de su ramo el gore prenatal, el matrimonio por retambufa y los concursos televisivos en porreta no puede sentir sino ganas de vomitar a su vez sobre tal vomitorio y arrojarse a un páramo de nihilismo todavía mayor que le permita al menos morir a lo grande, en lugar de arriesgarse a que lo eutanasien cuando se haya hecho viejito y sarasa y se babe viendo concursos televisivos en porreta?


Me imagino a los tiparracos de ISIS descojonados de la risa, mientras contemplan los avisos de derrumbe del vomitorio occidental. ¿Sabrán de la mamarrachada sincrética que acaba de celebrarse en Malta, en deshonor de las víctimas del naufragio del canal de Sicilia? ¿Dónde se ha quedado aquel mandato evangélico: «No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros»? Ya que no obedece el mandato evangélico, el arzobispo maltés podría entender que los muertos en el naufragio estaban huyendo del terror mahometano que se ha desatado en Libia; y que oficiar con un imán mahometano en sufragio de esas almas es una ofensa hiriente. Ya sabíamos que el miedo a que los perros se revuelvan para destrozarnos también afecta a algunos ministros de la Iglesia que chapotean en el vomitorio occidental, pero preferiríamos que nos exonerasen de gestos tan diarreicos y genuflexos.


Claro que, para gesto diarreico y genuflexo, el del Gobierno español concediendo el premio Cervantes a Goytisolo. Por querer chinchar a los nacionalistas catalanes, han galardonado a un escritor catalán que odia a España no por nacionalista, sino por amigo de los moros. Imagino descojonados de la risa a los tiparracos de ISIS viendo por televisión la ceremonia de entrega del premio, tan trufadita de detalles plebeyos (la corbatita, el pellizquito de monja con Podemos, etcétera), mientras leen en voz alta pasajes de Reivindicación del conde don Julián, un documento clínico que celebra la derrota del español, «hijo de la mugre y el garbanzo», a manos del mahometano. Bodrio del que, en verdad, podría decirse aquello que Claudel dijo de otro escritor más célebre que Goytisolo: «Es una mentalidad poseída del odio horroroso del renegado unido a una escasez de talento verdaderamente diabólica». Pero, aun en su mezcla de recuelo joyceano y empanada gongorina, en este vómito de odio a España los tiparracos de ISIS podrán encontrar frases muy sonoras para que sus yihadistas se pongan cachondos mientras el día de mañana se dediquen a degollarnos, como ahora degüellan a los cristianos de los países que invaden, ante la pasividad de los diarreicos y genuflexos gobiernos occidentales: «A mí, guerreros del Islam, beduinos del desierto, árabes instintivos y bruscos: os ofrezco mi país, entrad en sus campos, sus ciudades, sus tesoros, sus vírgenes os pertenecen: la faunesca agresión colectiva se impone».


Pero los cobardes que celebran funerales sincréticos o premian a Goytisolo piensan que detendrán la faunesca agresión con sus melindres. Definitivamente, la vida en el vomitorio de la inanidad occidental, además de hacer eunucos, hace gilipollas.


TOMADO DE: ABC

Nota.- Y pensar que hay ingenuos, o simplemente idiotas, que creen que la solución a desgracias como ISIS es más democracia,o mejor dicho, más democracia liberal. Como si la democracia liberal, con su promoción del relativismo y su apuesta por la neutralidad valorativa, no fuese precisamente la causante de ese nihilismo del que habla De Prada. Y además, ¿cuándo la democracia liberal ha servido para resolver situaciones extremas, estados excepcionales? Más bien, con su neutralidad e irresolución ha permitido que se despliegue el mal (desde el ascenso de los nazis hasta los terribles años del terrorismo en nuestro país). 

jueves, 23 de abril de 2015

Una muestra de que la izquierda "ama" a los pobres




¿Puede una persona cambiar de sexo?


TRES ESTUDIOS CONCLUYENTES

¿Puede una persona cambiar de sexo?

Lunes 20 de abril de 2015
El movimiento homosexual ha añadido a su sigla “LGB” la “T” de “transexual,” para significar un nuevo “frente unido” revolucionario englobando todas las anomalías de comportamiento sexual. Incluso esa sigla ya esta haciendo “metástasis” de iniciales, por ejemplo LGBTTQQIAAP (Lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros, travestis, “queers”, dudosos, intersexuales, asexuales, aliados y pansexuales). ¿Hasta dónde irá este elenco alucinado de desórdenes? Hasta estrellarse contra la realidad, como lo muestra el excelente artículo del Prof. Luis Solimeo, de la TFP norteamericana, que aquí reproducimos

“CAMBIO DE SEXO”: IMPOSIBILIDAD BIOLÓGICA, REBELIÓN CONTRA DIOS

Luis Sergio Solimeo
La inclusión del llamado “transexualismo” o “transgenerismo” en la campaña homosexual muestra el papel ideológico que esa anomalía, propalada por la ideología de género, desempeña en la actual “guerra cultural” anticristiana, que está destruyendo el propio fundamento de nuestra civilización, la moral basada en la Ley natural y divina.
Ahora bien, ¿es realmente posible el “cambio de sexo”?

Imposibilidad biológica

“Es imposible fisiológicamente cambiar el sexo de una persona”, porque “el sexo de cada uno está codificado en sus genes —XX para la mujer, XY para el hombre”, explican los especialistas Richard P. Fitzgibbons, M.D., Philip M. Sutton, Ph.D., y Dale O’Leary. En un documentado estudio titulado La Psicopatología de la cirugía de reasignación sexual, explican: “La cirugía puede crear solamente una apariencia del otro sexo” pero no cambiarlo. Esta imposibilidad radica en que la identidad sexual “está escrita en cada célula del cuerpo y puede ser determinada por medio del test de ADN, no pudiendo ser cambiada” [1].
Lo mismo constata el Dr. Joseph Berger, psiquiatra y neurólogo de renombre: “La cirugía cosmética no hará que un hombre se torne mujer, capaz de menstruar, ovular y tener hijos. La cirugía cosmética tampoco hará de una mujer un hombre, capaz de producir esperma que pueda ser unido a un óvulo de una mujer fertilizándolo para producir un niño” [2].
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La identidad sexual “está escrita en cada célula del cuerpo y puede ser determinada por medio del test de ADN, no pudiendo ser cambiada”.
El deseo de “cambiar de sexo” tiene su raíz en disturbios psicológicos, problemas de personalidad o morales. Es por eso que el Dr. Paul McHugh, ex director del departamento de Psiquiatría del Hospital Johns Hopkins, de Baltimore, después de muchos estudios en cooperación con otros psiquiatras, llegó a la conclusión de que “realizar alteraciones quirúrgicas en el cuerpo de esas desafortunadas personas era colaborar con su desorden mental en vez de tratarlo” [3].
“En el núcleo del problema del transgenérico hay una confusión sobre su naturaleza”, afirma en otro documento el mismo especialista. Y añade: “El ‘cambio de sexo’ es biológicamente imposible. Las personas que se someten a operaciones de reasignación de sexo no pasan de ser hombres a ser mujeres ni viceversa. Más bien, se tornan hombres feminizados o mujeres masculinizadas”. Por tanto, concluye, “sostener que se trata de un derecho civil y estimular tales intervenciones quirúrgicas es, en realidad, colaborar con un desorden mental y promoverlo” [4].

La “Teoría de Género” y el transgenerismo

La difusión de la “teoría de género” (gender theory) no sólo ayudó enormemente al progreso del movimiento homosexual, sino que además tiende a dar visos de normalidad a los así llamados “cambios de sexo”.
Esto porque, según esa teoría, el sexo de una persona no sería determinado por su componente biológico y genético, sino por el modo como ella se considera a sí misma. El “género sexual” sería fruto de “una elección”, de una “orientación” asumida por una persona. Entonces, ¿por qué no adaptar el propio cuerpo, mediante operaciones y hormonas, para asemejarlo al del sexo escogido?
La Dra. Marguerite Peeters, profesora de la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma, refiere que “en 1955, un psiquiatra norteamericano, John Money, introdujo el concepto de ‘rol de género’ (‘gender role’) para distinguir la identidad sexual biológica del papel social que el individuo escogió representar, independientemente de su identidad biológica. Inmediatamente, hubo dos corrientes que llevaron el concepto a su entero desarrollo: la corriente feminista y la corriente homosexual”. A través de esa teoría, concluye ella, “se está desconstruyendo la identidad masculina y femenina” [5].

Rebelión contra Dios

La imposibilidad de cambiar el sexo con que se nació no contraría solamente la realidad biológica; sobre todo atenta contra de la voluntad de Dios. Nadie nace hombre o mujer por mero acaso, sino en virtud de los inescrutables designios de la Divina Providencia, conforme se puede leer en el profeta Jeremías: “Antes que en el seno fueses formado, Yo ya te conocía” [6].
Por tanto, está en los planes de Dios, de la Sabiduría divina que ordena con acierto todas las cosas [7], que unos nazcan varones y otros mujeres. E ir contra los designios divinos es un acto de rebelión contra el Creador.
La diferencia de los sexos es un reflejo de la perfección divina y tiene por finalidad la realización de los planes de Dios con relación a la humanidad:“Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo diciéndoles: ’Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla’” [8].
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“Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer".
Así, con relación a quienes están con problemas de identidad sexual, la caridad cristiana impone que se les ayude, con respeto y compasión, no para aumentarles la confusión mental en que se encuentran, o darles una falsa solución quirúrgica, sino para que puedan verse libres de ambas. La caridad“se regocija con la verdad”, dice San Pablo [9], y por tanto la misericordia nunca puede contraponerse a la verdad, pues sólo la verdad nos hace libres [10].

Casi 80% de los “trans” ha pensado en suicidarse y cerca de la mitad lo han intentado

El 78% de “transgéneros” pensaron en suicidarse y cerca de la mitad – el 44% – lo intentaron al menos una vez, reveló un estudio sobre salud mental encomendado a la “Transgender Equality Network” por los transexuales de Irlanda.
La investigación abarcó 164 personas con ese desvío, con el apoyo da Iris O’Brien Foundation. Según el periódico “Irish Times”, el estudio confirmó los resultados de trabajos anteriores a nivel internacional, dotados de una base de análisis mucho más amplia.
Entre las causas de esas tendencias suicidas figura o “estrés extremo”ligado al hecho de que el individuo ostenta un sexo que no es el suyo natural.
A eso se añade el horror que sienten sus familiares, el estigma que acompaña esa torsión violenta de la naturaleza, y las incertidumbres psicológicas que persiguen al individuo que funge de un sexo que no es el propio, observa el informe.
El vicio contra naturaleza en cualquiera de sus formas es una fuente de infelicidad para quien se entrega a él. Bien lo dice el refrán popular: “el demonio nunca da lo que promete”.

[1The Psychopathology of “Sex Reassignment” Surgery – Assessing Its Medical, Psychological, and Ethical Appropriateness, The National Catholic Bioethics Center,http://ncbcenter.org/document.doc?id=581
[3PAUL R. McHUGH, Surgical Sex, Why We Stopped Doing Sex Change Operations, “First Things”, Noviembre 2004,http://www.firstthings.com/article/2004/11/surgical-sex.
[4PAUL R. McHUGH, Transgender Surgery Isn’t the Solution – A drastic physical change doesn’t address underlying psycho-social troubles, “Wall Street Journal”, 12/6/2014, http://www.wsj.com/articles/paul-mchugh-transgender-surgery-isnt-the-solution-1402615120
[5MARGUERITE PEETERS (autora de “Le gender, une norme mondiale ?”): Je suis contre le ministère du Genre, “Le Mauricien”, 18/11/2013, consultado el 26/2/2015 en
http://www.lemauricien.com/article/marguerite-peeters-auteur-gender-norme-mondiale-je-suis-contre-ministere-du-genre
[6Jer 1, 5.
[7Cf. Sab 8, 1.
[8Gen 1, 27-28.
[91 Corintios 13, 6.
[10Ju 8, 32.

miércoles, 22 de abril de 2015

José de la Riva Agüero, marqués de Montealegre, sobre El Capital de Marx




Derrumbando la farsa del genocidio español en América: La población indiana en 1492

LA POBLACIÓN INDIANA EN 1492

Ángel Rosenblat, eminente filólogo, imparcial en sus estudios, destruye completamente el mito del genocidio español -y los 80 o más millones de indígenas exterminados- concluyendo mediante minuciosas y exhaustivas investigaciones que no había más de 13.385.000 indígenas en la América prehispánica. De él tomamos el siguiente cuadro:
Población de América hacia 1492:
Norteamérica, al Norte del Río Grande 1.000.000
México, América Central y Antillas 5.600.000
México 4.500.000
Haití y Santo Domingo (la Española) 100.000
Cuba 80.000
Puerto Rico 50.000
Jamaica 40.000
Antillas menores y Bahamas 30.000
América Central 800.000
América del Sur 6.785.000
Colombia 850.000
Guayanas 100.000
Perú 2.000.000
Bolivia 800.000
Paraguay 280.000
Argentina 300.000
Uruguay 5.000
Brasil 1.000.000
Chile 600.000
Ecuador 500.000
Población total de América en 1492: 13.385.000
Observamos claramente en la tabla reproducida que la región de México era por lejos la más poblada del continente, contando con una cantidad de habitantes similar a la correspondiente para toda América del Sur. Otros especialistas insospechados e igualmente prestigiosos sugieren cifras análogas. Humboldt ubica en 5.200.000 la población mexicana al momento de la llegada de Hernán Cortés. Por su parte Willcox señala que eran menor de cinco millones. "Si por nuestra parte admitiéramos números para toda la población mexicana -comenta Rosenblat-, y tomáramos como base para 1569-1571 la cantidad de 3.500.000 de indios que hemos deducido de las cifras de López de Velasco, cifra aun mayor que la que admite Mendizábal, el estudio de Kubler nos conduciría a admitir una población total de 4.414.573, que coincide extraordinariamente con los 4.500.000 que dábamos nosotros en 1935 y que mantenemos hasta hoy".
Otra prueba irrefutable de la inverosimilitud de la tesis que sugiere una población de decenas de millones de habitantes para el año 1492 nos la ofrecen los datos que poseemos acerca de sus costumbres alimenticias, sus limitadas técnicas agricultoras, la cantidad de hectáreas cultivadas y aquellas fértiles y aptas para esta actividad, y la desigual distribución de los indígenas en el continente. La provisión de alimentos en América, dice José Luis Vittori en "Exageraciones y Quimeras en la Conquista de América" que "no alcanzaba para sostener siquiera a la mitad de esa población". Agrega seguidamente, citando al alemán Krickeberg: "Debe tener en cuenta que parte de los aborígenes vivía en estado de barbarie y se hallaba dispersa a lo largo de los ríos o en las zonas selváticas donde obtenía su comida de la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres. La agricultura se practicaba en los núcleos sedentarios que respondían a cierta organización tribal o al mandato político de un orden jerárquico, de una rudimentaria organización imperial asentada en una relación de acuerdos o de alianzas más o menos estables de clanes, y en la sumisión de pueblos tributarios, no de un Estado y menos de un imperio en el sentido europeo del término".
¿Cómo hicieron los españoles para exterminar 90 millones de indígenas de entre los menos de 14 millones que existían?, es todavía un interrogante que ninguna ciencia ni disciplina ha podido dilucidar hasta la fecha.
"...la tendencia a la exageración era una de las características de los hombres de la época, habituados a llevar al extremo sus pensamientos tanto como sus acciones" (Louis Baudin)
La denominada "catástrofe demográfica" y las fluctuaciones y altibajos poblacionales, como hemos visto, son muy anteriores a la llegada de los españoles. Es claro que las inverosímiles cifras señaladas por diversos autores, carecen de todo rigor científico y credibilidad.
No obstante, conviene aclarar algunos puntos acerca de la procedencia de las fuentes -por llamarlas de alguna forma: carentes de toda fiabilidad- de las que se han servido históricamente los autores anti-hispanistas. Ante todo, aclaremos una obviedad: no toda "fuente" puede ser tomada como punto de apoyo y/o considerada como evidencia probatoria de lo que se pretende demostrar, acreditar.
Tenemos en primer lugar las magnificaciones de algunos conquistadores y clérigos como Bartolomé De las Casas. No fueron pocos quienes, en aras de impresionar al rey y al pontífice con sus logros evangelizadores y militares, exageraban grandemente, desde sus crónicas y escritos, sus hazañas y, por ende, sobre las cifras. La exageración, característica predominantemente española, se utilizó en otras oportunidades con evidente mala voluntad, como el caso del domínico antes mencionado, quien, con el afán de desprestigiar y difamar a quienes no le eran obsecuentes, quintuplicaba y manipulaba cifras a arbitrio con el propósito de lograr -mediante el horror- la atención total de Rey, el Papa y los principales teólogos y moralistas. Y aquí, en este punto, injusto y desajustado con la realidad de los hechos sería creer que fue necesario llegar a tales abusos de algunos de sus hombres -que ciertamente existieron-. Antes que se acordara de los indígenas, De las Casas, impulsaba el tráfico de esclavos negros al continente, había en América misioneros ejemplares como Montesinos y Benavente -por mencionar dos- que se ocuparon especialmente del cuidado y buen trato hacia los indígenas. Este último, que podríamos considerar el más celoso protector de aborígenes que existiera en América, tuvo grandes enfrentamientos con De las Casas por sus patentes exageraciones, exabruptos, indomable orgullo y manifiestas malas intenciones.
guerras
El gran capitán Pedro Fernández de Quiros, comenta el historiador argentino José Luis Vittori, calculaba que antes de la llegada de los españoles había 14 millones de indios en las islas Española, Cuba, Jamaica, Puerto Rico, etc. En 1631, Fray Buenaventura Salinas elevaba la cantidad a 20 millones. (...) "Cuando el Almirante descubrió aquellas islas había quince veces cien mil indios (...). Seguidamente comenta Rosenblat: "Son cifras hiperbólicas, sin intención estadística".
Otra de las "fuentes" mentadas que han conducido al equívoco a no pocos historiadores ha sido el de los censos. Han sido a la fecha numerosos los especialistas que han investigado este tema acuciante, como el español Javier Esparza, quien luego del estudio minucioso de los censos realizado en los primeros tiempos de la presencia española en el continente, da cuenta de groseras irregularidades e imprecisiones de estos, como por ejemplo el hecho que muchas veces los indígenas eran contabilizados como españoles y viceversa, o los mestizos como indígenas.
Eso lo ha defendido recientemente una norteamericana, Lynne Guitar, de la Universidad de Vanderbilt, que fue a Santo Domingo a estudiar la historia de los tainos y se quedó allí: hoy es profesora del Colegio Americano en Santo Domingo. Y la profesora Guitar descubrió que los censos no es que no sean fiables, sino, más aún, que son inútiles: cuando un indio se convertía al catolicismo y vivía como un español, o más aún si se mestizaba, dejaba de ser censado como indio y era inscrito como español. Y si luego venía otro funcionario con distinto criterio, entonces volvía a ser inscrito como indio, y así hay casos de ingenios de azúcar donde los indios pasan de ser unos pocos ciento a ser 5.000 en sólo dos años. Para colmo, los encomenderos -los españoles que regentaban tierras y explotaciones productivas- mentían en sus censos, porque preferían trabajar con negros, a los que podían esclavizar, que con indios, de manera que sistemáticamente ocultaban las cifras reales. Es decir que las cifras censales ocultaban las cifras reales. Es decir que las cifras censales de los indios en América, en el siglo XVI, son papel mojado.
¿Qué culpa cabe a los españoles por las pestes?
Sería un absurdo culpar a los españoles por las muertes generadas por las pestes que trasmitieron a los indígenas. Lo que sucedió fue algo totalmente inevitable, impensado, pues: ¿Cómo saber que el organismo de los indígenas no iba a poder soportar enfermedades de las que nadie moría ya en Europa? ¿Cómo preveer la rapidísima difusión que esta tuvo entre los indios?, pero además: ¿Cómo podían saber los españoles que estaban infectados? Y algo más: ¿Cómo sabían acaso quienes estaban con Colón en su primer viaje que iban a toparse con una raza completamente desconocida? Tendrían que haber sido videntes para saberlo.
Es claro que esta situación afectó -además de a los indios, naturalmente- a los mismos españoles de distintas formas, pues por un lado se habían quedado sin mano de obra que trabajase junto a ellos las tierras, y los misioneros en vez de poder dedicarse a la construcción de templos, a la evangelización y otros menesteres, ocuparon todo su tiempo y energía atendiendo a los indígenas y cuidando que a sus familias no les faltase nada. Por otro lado, ellos mismos, misioneros y adelantados, moría y/o padecían muchas veces por estas enfermedades. Existen numerosos registros de sacerdotes -especialmente ancianos- fallecidos a consecuencia de ello: tanto por agotamiento extremo o por el contagio de enfermedades transmitidas por los mismo indígenas, generado por el contacto permanente con estos y sus hogares hacinados. Los testimonios de la gran caridad y cuidado que tuvieron los misioneros y la Corona hacia los indios son numerosos.
Frente a tal cuadro, ordenaron los reyes que los infectados y sus familias no pagasen ningún impuesto y se les suministre lo que necesitaren, mientras virreyes y arzobispos ordenaban la construcción de hospitales, muchos de los cuales albergaban a más de 400 enfermos.
Culpar a España de estos males es cuanto menos una canallada, y además, absurdo. Pues con el mismo criterio debería pedir cuentas Europa a los comerciantes asiáticos (particularmente de la India) que trasmitieron en el siglo XIV la peste bubónica a los europeos, por la cual llegó a morir cerca de un cuarto de la población europea. O mismo se debería pedir cuentas a los africanos por haber propagado la enfermedad del Sida en todo el mundo... Un absurdo completo.
Por otro lado, así como hubo enfermedades transmitidas por los españoles, las hubo de indígenas a europeos, como la sífilis, que generó una inmensa cantidad de muertes en Europa, extendiéndose con una velocidad asombrosa. A comienzos del siglo XX, alrededor del 15% de la población europea la padecía.
Guerras
La guerra fue otro de los mayores culpables de la mortandad de indígenas a gran escala. No hay que olvidar que, como hemos mencionado, estas se sucedían ininterrumpidamente, tanto internas como externas. Algunos pueblos fueron más guerreros que otros, pero guerreros al fin. Esta fue históricamente su actividad principal, su razón de ser, de existir. Cualquier motivo, por más mínimo e irrelevante que fuera, era considerado un casus belli. Los anales de la historia de los pueblos precolombinos dan acabada muestra de ello. Los pueblos mayas, hemos visto, guerreaban constantemente por la hegemonía del poder, al igual que las importantes culturas de los teotihuacanos y toltecas, lo que motivó, en gran medida, su destrucción total, sumado al impacto desestabilizador de las invasiones de tribus bárbaras provenientes del norte. Aun los mayas sobrevivientes asentados en tiempos posteriores en Yucatán sufrieron el mismo fatal destino (principalmente a causa de las guerras entre tres de sus ciudades más importantes: Uxmal, Chichén Itzá y Mayapán). Los tepanecas -muy particularmente mediante tiranos como Tezozomoc y Maxtla- emprendieron brutales batallas y campañas contra todos los pueblos de la región del Valle de México, siendo particularmente sangrienta y memorable aquella contra Texcoco. Luego, el salvaje imperialismo de la Triple Alianza compuesto por aztecas, texcocos y tacubas, destruyó, aniquiló y/o sojuzgó a poblaciones y culturas enteras: mixtecas, huaxtecos, totonacas, otomíes, chalcotecas, tlatelolcos, tarascos, tlaxcaltecas, zapotecas, y un largo etc. Más al sur nos encontramos con las culturas chibchas -especialmente las de origen caribe- sometiendo a todos los pueblos de las regiones de Colombia y Venezuela e incluso del norte de Brasil. Al suroeste del continente observamos a las culturas preincaicas (nazcas, moches, chovíes, tihuanacos, etc.) defendiéndose como podían de las arremetidas del déspota de turno, y luego, todos estos, guerreando contra la inacabable ambición territorial de los incas, siendo de particular interés las encarnizadas contiendas incaicas contra los araucanos en la franja sudoeste de América del Sur, o la de estos últimos contra ranqueles y tehuelches. En la misma región, tenemos a los guaraníes contra los caros, yaros contra charrúas, tehuelches y pehuenches contra araucanos. Tobas, abipones, mocovíes, calchaquíes asolando y diezmando poblaciones nativas enteras. A todas estas desproporcionadas ofensivas hay que sumar las rebeliones e insurreciones internas que sufrió cada uno de estos pueblos; principalmente los grandes imperios por parte de sus tributarios.
Todos estos, a veces unos aliados con otros, a veces todos contra todos. Vemos también en forma frecuente a familiares y hermanos asesinándose por el control del poder, como el caso de Atahualpa asesinando a Huáscar y a Moctezuma II haciendo lo propio con el suyo, el príncipe heredero de México. La América precolombina toda era, vemos, un gran escenario de batalla y sangre del que nadie podía escapar.
Dice al respecto Fray Motolinía:
" (...) todos andaban siempre envueltos en guerra unos contra otros, antes que los españoles viniesen. Y era costumbre general en todos los pueblos y provincias, que al fin de los términos de cada parte dejaban un gran pedazo yermo y hecho campo, sin labrarlo, para las guerras. Y si por caso alguna vez se sembraba, que era muy raras veces, los que lo sembraban nunca lo gozaban, porque los contrarios, sus enemigos, se lo talaban y destruían".
Mediante la guerra lograban su principal sustento económico, tomando las riquezas de los pueblos vencidos y obligándolos a convertirse en sus tributarios. La principal política de estos "estados" era la guerra, mediante la cual expandían sus territorios y áreas de influencia en la región, logrando también imponer su cultura y sus dioses a los vencidos. Y era también mediante una guerra que practicaban eficazmente su religión, cumpliendo con sus preceptos de ofrendas de sangre a los dioses, con la captura de prisioneros y cautivos. Las denominadas Guerras Floridas, en los aztecas y algunos de sus vecinos -también practicadas por mayas-, en tiempos de relativa paz exterior, tenían como finalidad exclusiva procurar gran cantidad de hombres para poder ser sacrificados ritualmente. Fue muy frecuente que los pueblos que ofrecían sacrificios humanos al verse desprovistos de hombres, o sin la cantidad que determinadas fiestas demandaban, pactasen entre sí hacerse la guerra por este motivo exclusivo. De esta forma, ambos bandos lograban cautivos suficientes para sacrificar después.
Antes que llegaran los españoles, había sido la guerra la culpable de exterminios completos de poblaciones y de la desaparición de destacados pueblos. Es la historia de la insurrección de los pueblos sometidos a sus "amos". Ya hemos mencionado varios casos entre los mayas, incas y aztecas, pero lo que abunda no daña. Las encarnizadas guerras entre los aztecas y tepanecas, y antes de ello, con casi todo pueblo que encontraron desde su bajada del norte del continente. Basado en los códices, el historiador Antonio Cervera (no justamente un pro-hispanista) cuenta que los pueblos mesoamericanos consideraban a los mexicas un pueblos hostil, bárbaro, de ladrones, peligrosos; entre otros adjetivos poco laudatorios. Casi todos los historiadores coinciden en resaltar la hostilidad con que eran vistos por los pueblos aledaños los mexicas; mientras peregrinaron del norte hasta su asentamiento definitivo, razón que motivaría varias guerras. No estuvieron exentos, por cierto, de enconadas disputas internas, motivadas en diferencias religiosas o por cuestiones de poder. Algunos mexicas eran seguidores de una secta dirigida por el dios Tezcatlipoca, representante de la noche y el jaguar, lo que terminó por generar un desmembramiento de sus fuerzas. Antes de llegar a Chapultepec, combatieron duramente con los habitantes de Zumpango. Sembraban el pánico y el terror en las poblaciones que tomaban. Esta realidad es comentada en el Códice Ramírez:
" (...) los mexicanos (estaban) rodeados de innumerables gentes donde nadie les mostraba buena voluntad, (pero) aguantaban su infortunio..."
Comenta el P. Sahagún:
"Y allí en Chapultepec, allí comenzaron a ser combatidos los mexicas. Se les hizo la guerra. Y por eso se pasaron luego los mexicanos a Culhuacán".
En el año 1319 estuvieron los aztecas a punto de sucumbir definitivamente. Fue en aquel año que los culhuas, xochimilcas y tepanecas, cansados del terror de los mexicas, formaron una alianza y se enfrentaron a estos déspotas, logrando el triunfo, sacrificando enseguida a su jefe, Huitzilihitl el viejo.
Mayas
Años después, ya lo hemos dicho, los aztecas se sublevaron contra éstos, aliados con otros pueblos, comenzado su período imperial, a partir de lo cual dice Diego Durán:
" Los aztecas tributaban las provincias todas de la tierra, pueblos, villas y lugares, después de ser vencidos y sujetados por guerra y compellidos por ella, por causa de que los valerosos mexicanos tuviesen por bien bajar su espadas y rodelas.
Cuando nacía un hijo, parte del ritual azteca consistía en poner en sus manos un arco y un escudo "para significar que aquel niño había nacido para propiciar al dios de la guerra, Huitzilopochtli, y luchas por la patria común".
Incas
En cuanto a los Incas, fundado el Imperio alrededor del año 1200, corresponde al gobierno de Pachacútec la mayor cantidad de anexiones; de pueblos sometidos por la fuerza a su poder. Desde Cuzco, extendieron los incas sus tentáculos imperialistas invadiendo y sometiendo a los pueblos del norte, sur, este y oeste. Así sometieron, entre otros, a los huancas, tarmas, cajamarcas, cañaris, collas y lupacas, obligándolos luego a pagar altísimos tributos. Naturalmente, ante la asfixia a la que eran sometidos por los incas, ocurrieron numerosas sublevaciones contra este poder imperial despótico, que, a su vez, los incas reprimieron sanguinariamente. El Inca Garcilaso de la Vega, desde sus Comentarios Reales de los Incas, da cuenta detallada de varias de las guerras que libraron sus antecesores con el fin de someter y anexar distintos pueblos. Dice sobre las guerras entre Purumaucas e Incas:
"El segundo y tercer día pelearon con la misma crueldad y pertinacia; los unos por la libertad y los otros por la honra".
Sobre la conquista de chachapuya, dice:
"El Inca los quiso obligar a someterse, y estos respondieron resueltamente que ellos estaban apercibidos por las armas y para morir en la defensa de su libertad: que el Inca hiciese lo que quisiese, que ellos no querían ser sus vasallos. Oída la respuesta se empezó la guerra, cruel por ambas partes, con muchas muertes y heridos".
Garcilaso, tan propenso a concesiones hacia el pueblo de sus raíces, justifica la política incaica de conquista y sometimiento de pueblos, por considerar a los incas una raza y cultura superior al resto. Con respecto a las provincias del norte de Chinchasuy, dice que se trataban de "provincias que contienen en sí muchas naciones desunidas y que se hacían guerra cruel unos a otros". Sobre la conquista de la región de Tumipampa, habla muy despectivamente de su gente, diciendo que eran: " (...) de gente muy rústica, ni señores ni gobierno ni otra policía alguna, sin ley ni religión. Cada uno adoraba por dios lo que se le antojaba, otros muchos no sabían lo que era adorar, y así vivían como bestias sueltas y derramadas por los campos. Con los cuales se trabajó más en doctrinarlos y reducirlos a la urbanidad y policía que en sujetarlos. Enseñárosles a hacer de vestir y calzar, y a cultivar la tierra, sacando acequias y haciendo andenes para fertilizarla". Sobre los pueblos de las provincias de Pastu y Quillacenca, dijo que eran "viles, y sucios y bestias". En la primera parte de sus "Comentarios Reales sobre los Incas", menciona muchos otros casos de cruentísimas y despiadadas guerras internas y externas entre pueblos y culturas anteriores a la regencia de los Incas, aunque en estos casos, según él, se trató de guerras "inútiles" entre pueblos igual de bárbaros y salvajes".
Cualquier excusa era válida a los incas para justificar su desmedido expansionismo y someter a otros pueblos; a veces era la religión, la superstición, las diferencias culturales, la falta de orden, o lo que fuese. Así, comenta de otras tribus que habitaban la región: " (...) unos indios había mejores que bestias mansas y otros mucho peores que bestias bravas", criticando a la vez la calidad y gran cantidad de dioses que adoraban: "no había animal tan vil ni sucio que no lo tuviesen por dios", aunque aclara luego que había otros que adoraban cosas más "razonables".
Por cierto que, como hemos dicho, no escapaban los Incas a las intrigas internas ni a las luchas dinásticas. Recordado es el caso de Huáscar, coronado emperador en 1525, tomado prisionero, torturado y muerto por su hermano Atahualpa, quien se consideraba el legítimo heredero del trono del fallecido Ninan Cuyuch -su padre-. Todo esto precedido por sangrientas batallas entre tropas cuzqueñas y quiteñas, leales a uno y otro bando respectivamente; una auténtica guerra civil.
También hemos mencionado el caso de los mayas, de quienes Salcedo Flores dice: "los 16 estados de Yucatán combatían incesantemente entre sí por diferencias de fronteras y por honores de linaje". También fue frecuente en Teotihuacán, invadida y destruída en el año 800. Otro tanto sucedió con el estado militarista y expansionist de Tiahuanacu, en la zona andina, colapsando hacia el año 1150. La ciudad de Tula sufre igual destino en el siglo XII, invadida y sometida por los chichimecas que utilizaban hábilmente el arco y la flecha, mientras los vencidos no conocían esa arma; basando su defensa en los denominados lanza dardos.
El mexicano Portilla cita a este propósito la crónica de aquel suceso, tomado de los Anales de Cuauhtitlan:
"Cuando los chichimecas irrumpieron, los guiaba Mixcóatl. Los 400 mixcoas vinieron a salir por las nueve colinas, por las nueve llanuras".
Preguntados varios caciques de la región de Nicaragua por qué habían decidido sus abuelos abandonar sus antiguas tierras, respondieron:
" (...) aquellos sus amos los tenían para esto -arar, sembrar y servir- y los comían, y por eso dejaron sus casas de miedo y vinieron a esta tierra de Nicaragua; y aquellos amos habían allí ido de otras tierras, y los tenían avasallados porque eran muchos y de esta causa dejaron su tierra y se vinieron a aquella donde estaban".
FUENTES:
1) 1492, FIN DE LA BARBARIE Y COMIENZO DE LA CIVILIZACIÓN EN AMÉRICA de Cristian Rodrigo Iturralde
Aztecas
2)LAS CULTURAS PRECOLOMBINAS de Henri Lehmann
descubrimiento de america
3) THE POLITICALLY INCORRECT GUIDE TO WESTERN CIVILIZATION de Anthony Esolen
pestes
4) AZTECAS PUEBLO DE GUERREROS de Alfonso Joedi Gussinyer
1492
5) COMENTARIOS REALES DE LOS INCAS de Inca Garcilaso de la Vega
hambrunas
6) DE TEOTIHUACAN A LOS AZTECAS de Miguél León Portilla
La población americana en 1492
7)HISTORIA ANTIGUA DE MÉXICO de Francisco Clavijero
guerras
8)LA CIVILIZACIÓN AZTECA de George Vaillant
Mayas
9)LAS ANTIGUAS CULTURAS MEXICANAS de Walter Krickeberg
Incas
10) RELACIONES DE TEXCOCO Y DE LA NUEVA ESPAÑA de Pomar-Zurita
Aztecas
11)HISTORIA DE LA NACIÓN CHICHIMECA de Fernando de Alva Cortés Ixtlilxóchitl
descubrimiento de america
12) LA POBLACIÓN INDÍGENA Y EL MESTIZAJE EN AMÉRICA de Ángel Rosenblat

TOMADO DE: Taringa