viernes, 20 de marzo de 2015

Las Universidades realmente católicas con la Marcha por la Vida

Estas son capturas de la página web de la Universidad de Piura:



Estas son capturas de la página web de la Universidad Sedes Sapientiae:



Y ahora una captura de la página web de la exPUCP:




¿Sorprende que no haya mención a la Marcha por la Vida (como no lo hizo el año pasado ni el anteaño pasado)? A mí NO. ¿Qué va a apoya la Marcha por la Vida esta universidad si todos sus profesores son unos proabortistas convencidos, muchos de ellos, hasta militantes (revisen no más los libros de la ONG infanticida Promsex y verán que está llena de nombres de profesores de la exPUCP)? En última instancia, ¿por qué iba a apoyar la Marcha por la Vida?  Ni que fuese una universidad católica...¡Bah!
P.D. No perdemos el tiempo en mencionar a la Universidad Ruiz de Montoya, que no es más que la hermana "menor" de la Universidad del Fundo Pando. 





viernes, 13 de marzo de 2015

¡Salgámonos de una vez de Corte Interamericana de Desechos Humanos!

En 1963 el criminal comunista Julián Grimau fue legítimamente fusilado por el régimen de Francisco Franco. El entonces papa Juan XXIII pidió que se conmutara la pena. El Generalísimo no le hizo caso. Tampoco le haría caso, años después, al papa Paulo VI, quien pidió clemencia para el anarquista asesino de policías Salvador Puig. Franco actuó valiente y justamente al no obedecer a los papas en ambas ocasiones. Porque, en primer lugar, el Papa no es infalible (lo es solo cuando habla ex cathedra sobre cuestiones de fe) así que bien puede errar en su juicio; y en segundo lugar, porque es legítimo no hacer caso al Papa cuando este manda a hacer lo injusto o a que no se haga lo justo (¿o acaso alguien cree que si mañana el Papa manda a los católico a odiar a los negros, esto debe ser obedecido?). Afirmar lo opuesto es caer en el vicio del obedencialismo papolátrico. En estos casos, hacer lo justo era cumplir la ley e imponer las penas correspondientes (perfectamente legítimas y justificadas) a los criminales.  Pues bien, si un correcto católico, como el Generalísimo Franco, por razón de justicia, no hizo caso nada menos que al Vicario de Cristo en la Tierra, ¿por qué diablos tenemos nosotros que hacerle caso a un tribunal pestífero como la Corte Interamericana de "Desechos" Humanos, que ahora nos impone una sentencia vejatoria, inmunda y que atenta contra la dignidad nacional? No es la primera vez que esta Corte denigra con sus fallos al Perú (abajo hay una imagen con algunos de los "angelitos" que han sido beneficiados por este impresentable Organismo). Entonces, ¿por qué no nos salimos de una buena vez del Sistema Interamericano?




jueves, 12 de marzo de 2015

Derrotado fantasioso proyecto de “unión civil” homosexual


BUENA NOTICIA, CORDURA QUE ENALTECE

Derrotado fantasioso proyecto de “unión civil” homosexual

Miércoles 11 de marzo de 2015
El proyecto de “unión civil” entre personas del mismo sexo, sometido el día 10 de marzo a votación en la Comisión de Justicia del Congreso nacional, fue descartado por mayoría absoluta de votos (7 contra 4 y dos abstenciones).
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Comisión de Justicia del Congreso debatiendo el proyecto de "Unión Civil" homosexual.
Según su autor, el parlamentario Carlos Bruce, la iniciativa pretendía establecer nada menos que “un nuevo tipo de familia”; una “familia” de ficción, sin base real, que nunca existió en la milenaria historia humana, ni podría existir por ser antinatural.

¿“Igualdad ante la ley”, o absurdos privilegios por encima de la ley?

En sendos debates con Bruce, los ex congresistas Rafael Rey y Fernán Altuve le señalaron que tal “familia” es un “invento” y una aberración jurídica: ya que, bajo pretexto de “igualdad ante la ley” en realidad crea una categoría privilegiada de peruanos por encima de la ley general, las parejas del mismo sexo, otorgándoles beneficios legales exclusivos ¡sólo por ser homosexuales! Una contradicción flagrante con la igualdad que predican...
También el doctor Francisco Tudela (*), en un texto impecable de gran repercusión demostró que el alegado derecho de las minorías, que los homosexuales invocan a su favor, “no significa de ninguna manera que las mayorías tengan que legislar como las minorías quieren”, sino solamente que las minorías deben gozar de las mismas garantías que la ley común reconoce a todos los ciudadanos. Lo que es muy diferente de otorgar “un régimen patrimonial, tributario y sucesorio, nuevo y diferente al de los demás ciudadanos; un régimen de excepción” sólo para ellos, que es lo que Bruce y sus seguidores pretenden.
Los parlamentarios que derrotaron el caprichoso proyecto dieron una muestra de cordura que los enaltece, tanto más que han debido enfrentar una torrencial ofensiva publicitaria movida por el lobby homosexual, que en el Perú está enquistado con fuerza en el periodismo, en la farándula que se pretende “artística”, en el propio Congreso, en la publicidad, las finanzas, etc. [1]
Ese lobby revolucionario está adquiriendo en el mundo la dimensión de un Leviatán, como lo atesta el hecho de que en los Estados Unidos un conglomerado de más de 300 grandes compañías – entre ellas algunas de las mayores del país, como Amazon, Apple, Facebook, Google y Microsoft – ha presionado a la Corte Suprema mediante un escrito datado del 5 de marzo, instándola a que legalice el “matrimonio” homosexual en el país.

Guerra cultural: la opinión pública se polariza

Y esto sucede precisamente cuando la resistencia en la opinión pública a esa ofensiva revolucionaria – los propios Estados Unidos y Francia son buena muestra de ello – se intensifica en todo Occidente.
Es decir, la llamada guerra cultural revolucionaria está provocando una polarización en sentido opuesto en la opinión pública. Muestra de ello fue la multitud que se congregó en Lima frente al Congreso durante la votación del proyecto Bruce, exigiendo su rechazo: esa es la verdadera sociedad civil, y no las ONGs llenas de dinero y vacías de representatividad que impulsan la revolución sexual en el Perú.
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Una multitud profamilia se congregó en Lima frente al Congreso durante la votación del proyecto Bruce.
Es difícil predecir en qué terminará todo esto. Lo cierto es que los miembros de la Comisión de Justicia del Congreso que archivaron el proyecto de “unión civil” estuvieron a la altura de lo que de ellos esperaba la abrumadora mayoría del país, que rechaza categóricamente las conductas homosexuales. Por fin, vemos políticos que no defraudan a su electorado...
Bruce, mientras tanto, furioso, no ahorró epítetos contra los que desecharon su proyecto: los acusó de “retrógrados” afirmando que “la historia avanza” y que él y sus partidarios “estamos en el lado correcto de la historia”. Aunque en esto se engaña rotundamente, el empedernido congresista ya anunció que volverá a la carga.
Estemos, pues, atentos: la batalla no ha terminado, y en esa batalla los defensores del verdadero matrimonio y de la familia tenemos todas las de ganar si sabemos actuar con lucidez, tacto y determinación.
[1Dos ejemplos de la parcialidad de los medios peruanos a favor del lobby homosexual:
1. Al día siguiente de la votación “El Comercio” dedicó un artículo en su versión online a recoger la opinión de elementos de la farándula limeña, que no se caracterizan precisamente por la moralidad de su conducta sino más bien por lo contrario, incluso protagonizando constantes escándalos. Como era de esperarse todos los entrevistados se despacharon a gusto contra la decisión legislativa (http://elcomercio.pe/tvmas/farandula/union-civil-famosos-reaccionan-rechazo-congreso-noticia-1796860). 
2. Ese mismo día un programa en la radio de mayor audiencia nacional recogió en vivo llamadas del público sobre el caso, y como todas las personas sin excepción manifestaban su satisfacción por haberse archivado el proyecto, el conductor del programa cortó entonces bruscamente las entrevistas...
TOMADO DE: Tradición y Acción 

"Católicos" liberales



Inusual muestra de sensatez en el Congreso: archivan Proyecto de ley del "gaymonio" encubierto (alias "unión civil").


A pesar de la descarada campaña de los medios a favor (encabezada por El Comercio); a pesar de las marchitas de los grupitos de maricones; a pesar de las presiones de los lobbies homosexualistas; a pesar de toda la cacareada de la caterva de artistas e "intelectuales" progres y liberales (todos cortados por la misma tijera, como bien que todos pertenecen al mismo mundillo), muchos de los cuales (curiosamente) pertenecen a la pseudo Universidad Católica  (que si bien no se atrevió a apoyar explícitamente a la "unión civil"-más que todo porque no le conviene en las circunstancias en las que se encuentra ahora-, si lo hizo indirectamente, y hasta el último momento, como se puede ver en este artículo, que solo los ingenuos pueden considerar que tiene como fin la divulgación científica: http://puntoedu.pucp.edu.pe/opinion/el-codigo-enigma-alan-turing-computacion/). En fin, a pesar de la payasada de la "sorpresiva" y "valiente" "salida del closet" del congresista invertido que era el principal promotor de este proyecto (como si no se hubiese sabido desde muchísimo antes que ese congresista era un evidente sodomita); a pesar de todo, este Congreso vio la luz y decidió archivar este despropósito que va contra la ley natural y el más elemental sentido común.  ¡Salud! Y ahora a dedicarse a cosas que sí son importantes

martes, 10 de marzo de 2015

De Prada: la Iglesia se pone hoy de rodillas y halaga al mundo para ser admitida.

De Prada: la Iglesia se pone hoy de rodillas y halaga al mundo para ser admitida.




[laprensa.com.ar] Juan Manuel De Prada afirma que hay un orden anticristiano que ya fue aceptado. Y que el pensamiento y el arte católico son productos del pasado. Hasta la Iglesia se pone hoy de rodillas y halaga al mundo para ser admitida, lamenta.
Por Agustín De Beitia

Juan Manuel de Prada, el famoso escritor y columnista español, es un apasionado apologeta católico, tal vez el más renombrado de la España actual. Sus artículos, donde se rebela contra el mundo y contra la tiranía de la cultura dominante, son publicados desde hace más de veinte años en el diario español ABC.
De Prada (Baracaldo, 1970) es un caso infrecuente. No sólo por su incisiva mirada sobre la realidad y su defensa de la doctrina católica, sino porque el desprecio que ha sufrido a veces por este motivo se atenúa por el éxito de sus novelas y la aclamación de la crítica. En una entrevista con este diario, el autor -que acaba de publicar en España su novela Morir bajo tu cielo- examina la figura del intelectual católico en el mundo actual.
– Los intelectuales católicos suelen merecer el ostracismo, hablar desde las catacumbas. Usted no. ¿Por qué?
– Bueno, he tenido un primer impulso como escritor y hoy cuento con unos lectores a los que estoy muy agradecido, que creen en mis obras y ven que no estoy al servicio del sistema como la mayoría de los llamados intelectuales españoles. Pero el sistema de a poco me ha ido poniendo un cerco.
– ¿Cómo es eso?
– El mundo liberal y progresista ha intentado arremeter contra mí y desprestigiarme de formas muy diversas. Cuando tú te inscribes a negociados de izquierda o de derecha, el sistema te permite encontrar tu lugar bajo el sol. Lo que no se soporta es una crítica más profunda, más radical. Eso te condena al ostracismo. A mí de joven me veían como un escritor conservador. A medida que se han dado cuenta que no es así las resistencias y las condenas van creciendo. Sin embargo, lo más duro para mí fue el ostracismo al que se me ha condenado desde medios católicos.
IMPENSABLE
– A principios del siglo pasado hubo una ola de conversiones al catolicismo entre intelectuales que hoy parece impensable. ¿A qué se debe?
– Creo que entonces los intelectuales todavía participaban de un mundo que era católico. Un orden cristiano que subsistía. Con problemas, es cierto. Con persecuciones incluso. Pensemos en Inglaterra, donde el católico estaba mal visto en los círculos burgueses. El problema hoy es otro. El problema es que la ideología mundialista ha logrado reformatear las mentes. De tal manera que hoy ya no subsiste un orden cristiano. Y el nuevo orden anticristiano ya fue aceptado como algo natural. Creo que el capitalismo, como el comunismo, encierra una visión antropológica, y que el consumismo desenfrenado, el hedonismo, la libertad religiosa, han creado pueblos muertos desde un punto de vista espiritual. En el actual orden anticristiano, encontrar un intelectual católico es tan difícil como que aparezca una palmera en el Polo Norte.
– El intelectual católico de voz potente, arraigado en la doctrina, ¿es una raza en extinción?
– Yo creo que sí. No tanto porque no pueda aflorar, porque que eso aflora de forma natural, sino porque el sistema lo reprime, lo silencia, lo condena.
– ¿Hay en los que quedan demasiada adaptación al mundo?
– En realidad el pensamiento católico, o el arte católico, duele decirlo, son productos de otras épocas. Creo que ya han desaparecido. Solo quedan individualidades raras. Pero como movimientos estéticos, intelectuales o filosóficos ya han muerto. Si uno lee hoy los medios de comunicación católicos verá que las realidades económicas, políticas, sociales, culturales, se analizan desde pensamientos ideológicos, bien de corte liberal, bien de corte conservador o progresista, y luego se les da un barniz católico para disimular. Pero el pensamiento católico, es decir la capacidad que tenía la fe para encarnarse en las realidades artísticas, sociales, políticas, la capacidad para analizar la realidad desde presupuestos cristianos, eso ha desaparecido.
– El desapego doctrinal, frecuente entre tantos católicos, ha llegado ahora a la jerarquía católica. Se ha visto en el último Sínodo. ¿Qué reflexión le merece?
– El afán de la Iglesia de entregarse al mundo es una tentación que recorre la historia. Quizás hoy es más patético y lamentable. Porque, a diferencia de otras épocas, cuando la Iglesia era la cabeza del mundo, el faro que alumbraba el camino, hoy ya no pinta nada. Su prestigio, su predicamento, es cada vez menor. Entonces la Iglesia se pone de rodillas, halaga al mundo para ser admitida. Hay una frase en el comienzo del pontificado de Francisco que no se comentó lo suficiente. El dijo que a la religión le correspondía el papel de ser “animadora” de la democracia. Es escalofriante. Parece que le asigna a la religión el papel de allanarle la vida a la democracia. Darle alegría al mundo. Actuar de pasatiempo y entretenimiento, como si fuera una vedette del Maipo.
– Conforme pasa el tiempo es más triste ver el significado de esa frase…
– Estamos en un momento donde, como mínimo, se juega con la confusión.
– Ahora, si la Iglesia deja de ser el faro que ilumina al mundo, y los intelectuales católicos han desertado, ¿cuál es el panorama?
– (Pausa) El panorama es el que nos ha sido anticipado. Que la Iglesia, a medida que nos acerquemos al fin de los tiempos, irá perdiendo relevancia, irá reduciéndose hasta convertirse en un rebaño pequeño. Es la gran apostasía y la gran tribulación de las que habla San Pablo. Es interesante el relato de las siete cartas a las siete iglesias del Apocalipsis porque repite una y otra vez: “conserva lo que tienes”. La Iglesia tiene que preservar el depósito de la fe.
– Usted se ha definido siempre como un tradicional. ¿Por qué?
– Crecí en una pequeña ciudad de provincias, en el seno de una familia modesta y muy ligada al mundo rural. Mi vida está muy ligada a las tradiciones que mis antepasados me legaron. Creo que la tradición es lo que constituye al ser humano. Le da al hombre una perspectiva del tiempo y del espacio. Y, como escritor, no participo de esa visión romántica del arte en el que la búsqueda de la originalidad se ha convertido en el marchamo de calidad.
– Esa búsqueda de originalidad se ha extendido hasta ser propia de la modernidad.
– Yo pienso que todo el tinglado de la farsa de nuestra época le hace creer a las personas que son dueñas de su propia vida y que pueden crear su propia biografía. Esto es algo que la modernidad ha ideado para crear criaturas desvalidas. Para despojar a la gente de aquellos vínculos fuertes que lo unían a realidades vitales más profundas, que daban sustancia a su vida. Y el resultado son vidas condenadas a la derrota, a la desesperación, a la depresión. La familia transmitía la fe, también un oficio. El hombre venía al mundo con un abrigo: espiritual, intelectual, moral. Allí donde los vínculos de la tradición quedan rotos se puede masificar a la gente. Es interesante ver cómo hoy en día las estadísticas pueden definir a los pueblos.
CASTELLANI
– Usted publicó en España al sacerdote, escritor y apologeta argentino Leonardo Castellani. ¿Qué cree que tiene él para ofrecer al lector de hoy?
– Castellani es uno de los más grandes escritores argentinos del siglo XX. Cuando uno empieza a leerlo se da cuenta que tiene un estilo personalísimo, un pensamiento vigoroso que expresa con un donaire especial. Tiene muchas facetas: es apologeta, exegeta, polemista, novelista, cuentista, poeta. Por desgracia en la Argentina es menos apreciado de lo que debería. Sobre él pesa una condena ideológica. Yo lo descubrí gracias a un amigo argentino, un librepensador, pero de gran gusto literario. Me propuse darlo a conocer aquí en España. Publiqué cinco libros de él y es una de las cosas de las que más orgulloso estoy.
TOMADO DE: STAT VERITAS