jueves, 27 de marzo de 2014

El timo del calentamiento global. Una más: te congelas porque nos calentamos (¡?!)

El artículo que presentamos a continuación fue publicado en  Tradición y Acción. Al final insertamos el documental "El gran fraude del calentamiento global", el cual deshace la teoría del calentamiento global causado por la acción humana. 


“¿Te congelas? ¡Es culpa del ‘calentamiento global’, por supuesto!”

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Vórtice polar llega a Plattsmouth, Nebraska
Un “vórtice polar” avanzó sobre gran parte del territorio norteamericano, haciendo descender las temperaturas hasta -50º Celsius.
Hasta las cataratas del Niágara se congelaron parcialmente, y las pérdidas están siendo calculadas en miles de millones de dólares.
Pese a la intensidad del fenómeno, nada tiene que ver con la tendencia al enfriamiento global que los científicos objetivos vienen registrando hace ya años.
Se trata más bien de un fenómeno extraordinario ya verificado en otras oportunidades, hasta con mayor intensidad.
Sin embargo, gran parte de la opinión pública norteamericana considera el fenómeno como un desmentido más de la naturaleza a la desacreditada teoría del “calentamiento global”.
En realidad esta opinión popular carece de base científica, pero sí tiene un poderoso fundamento psicológico, que funciona así: “¿Cómo puede ser que el planeta se esté calentando cuando más de la mitad de los Estados Unidos está paralizado por ese espantoso ‘vórtice polar’”?
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En Chicago: 50° bajo cero
Los militantes de la revolución eco-ambientalista sintieron en carne propia la fuerza de esta reacción del sentido común, puramente psicológica.
Al final de cuentas, esos revolucionarios no se interesan tanto por la ciencia; su intención es apenas manipularla para lanzar a la opinión pública contra el “capitalismo”, la “civilización industrial”, el “progreso” y otras realidades que contradicen sus sueños anarco-tribal-socialistas.
Por ello, sintieron la necesidad de manipular argumentos científicos una vez más, para intentar deshacer tal reacción psicológica.
Pero, ¿qué podían decir para engañar a la opinión pública norteamericana en ese punto?
Para sorpresa de todos, activistas “verdes” de ONGs, medios de comunicación y centros científicos, no encontraron nada mejor que señalar como causa de la inusitada ola de frío al ‘calentamiento global’, los ‘cambios climáticos’ y otros slogans cada vez más gastados.
Para la opinión pública, eso sonó como el auge del desatino: “¿Entonces nos congelamos porque el mundo se calienta? ¡Están locos!” .
No, no están locos: es que ellos tienen una “religión” que les exige profesar absurdos, desde que les sirvan para golpear la civilización occidental.
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1974 y 2014: dos maneras opuestas de noticiar fenómenos idénticos
Un ápice de contradicción fue el alcanzado por la revista “Time”, mundialmente renombrada.
Uno de sus principales redactores, Bryan Walsh, llegó a “profetizar” que no sólo éste, sino otros auges de frío sucederán por culpa del calentamiento global generado por nuestra civilización.
El sesgo desinformativo de “Time” se tornó evidente por el hecho de que en 1974, cuando un fenómeno semejante afectó a los EE.UU., la revista lo notició como el anuncio del “enfriamiento global”. El título del artículo de la revista lo dice todo “Another Ice Age?” (“¿Otra era glaciar?”, lunes 24 de junio de 1974). ¡Y ahora lo noticia como lo contrario!
Pero las ridiculeces no pararon ahí. El meteorólogo Eric Holthaus, que había anunciado que se esterilizaría en 2013 para ayudar a “salvar el planeta”, proclamó en Twitter: “Sí, pueden agradecerle al ‘calentamiento global’ por habernos ofrecido este ‘vórtice polar’”.
En la TV, el Weather Channel, reconociendo que publicaba una afirmación “contra-intuitiva” citó a científicos que defienden el mismo inverosímil libreto acerca del espantoso enfriamiento causado por... ¡el calentamiento!
La osadía de lo absurdo a veces confunde a las propias inteligencias honestas, que no conciben que se pueda llegar a tales liviandades.
Felizmente, científicos de alto nivel entraron a refutar esas interpretaciones alucinadas, fruto del sesgo ideológico, y han puesto las cosas en su lugar.
El Dr. Will Happer, laureado profesor de Física de la Universidad de Harvard, declaró: “Los ‘vórtices polares’ han estado por ahí desde siempre. No tienen casi nada que ver con ningún aumento del CO2 en la atmósfera”.
También el meteorólogo Dr. Ryan Maue rechazó la suposición absurda: “Este episodio del ‘vórtice polar’ es el mensaje de ‘Snapchat’ más reciente de la prensa en cuanto a calentamiento global: luego de algunos segundos, la explicación se disuelve” [Snapchat es una herramienta para enviar mensajes que desaparecen a los pocos segundos de vistos].
El blog Real Science subrayó el contrasentido de atribuir el frío al calor y de afirmar que el calentamiento del Ártico generó el ‘vórtice polar’: “¿Cómo se puede decir que el Ártico está calentándose rápidamente y al mismo tiempo produciendo fríos récord? ¿Cómo es que un frente de aire con una temperatura de -65ºF puede resultar del hielo que se está derritiendo? Esas afirmaciones son de una ridiculez que sobrepasa la comprensión humana. La extensión de la superficie del Ártico se encuentra normal. La nieve en el Hemisferio Norte está alcanzando récords”.
La climatóloga Judith Curry, catedrática en la Escuela de Ciencias de la Tierra y la Atmósfera del Instituto de Tecnología de la Universidad de Georgia, respondió categóricamente al disparate: “¿El calentamiento global, causando el ‘Vórtice Polar’? En una sola palabra: NO”.
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Cliff Mass
El climatólogo Cliff Mass pidió seriedad a la prensa: “Las alegaciones de que el ‘efecto invernadero’ genera más olas de frío como la vista esta semana, realmente, aparecen desprovistas de cualquier fundamento en la observación y en la teoría. Los medios deben dejar de insistir en ese argumento insustentable”.
Y añadió: “Todas estas informaciones falaces han producido daños sustanciales, haciendo que muchos norteamericanos crean que el calentamiento global está tornando cada vez más extremo nuestro clima invernal, cuando la evidencia observacional no sugiere tal cosa. Un dia, los sociólogos tendrán que estudiar esta situación y los elementos psicológicos que condujeron hasta ella”.
De nuestra parte, no creemos que se trate de alguna patología a ser tratada por la medicina o por la psiquiatría.
En el libro “Psicosis ambientalista” del príncipe Don Bertrand de Orleans y Braganza, está ampliamente demostrado que las conductas aparentemente aberrantes del ambientalismo radical obedecen a una religión atea, ecológica e igualitaria, diametralmente opuesta al cristianismo.
Dicha religión es la gnosis panteísta, según la cual no existe un Dios personal creador. Todas las criaturas serían “partículas” igualmente divinas esparcidas por el universo. Y la Tierra sería también un “ser vivo”, una gran partícula divina a la que debe adorarse como una diosa.
Ese fondo religioso anticristiano provee una explicación coherente de los procedimientos ambientalistas en todo el mundo.
TOMADO DE:  Tradición y Acción



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