jueves, 29 de mayo de 2014

La traición de Juan Carlos


Traición.
Jakim Boar.
España a la muerte de Franco estaba en uno de los momentos más álgidos de su historia y su recuperación después de la República y Guerra Civil había sido vertiginosa. Tenía niveles de convergencia económica con Europa que solo han podido compararse con los que se han alcanzado en la era del 2000 y era un país prospero. Pero el fallecimiento de Franco tendría consecuencias nefastas para España.

La transición española fue un mar de desconcierto, de errores y de temores en los que se permitió desde la legalización y vuelta del Partido Comunista hasta la excarcelación de genocidas como Carrillo sin ser juzgado o la excarcelación de asesinos etarras tratando a estos de presos políticos. Los socialistas volvieron con toda libertad a España, a pesar de sus latrocinios y crímenes en la guerra y República, y para colmo llegaban como los auténticos demócratas y salvadores, creando la mítica y falsa historia de que la Segunda República había sido un gobierno legal disuelto por un golpista: Franco. Tal fue el caos producido durante la transición en nuestro país que los militares el día 23 de Febrero de 1981 llegaron a pensar que España volvía a tambalearse como en 1936. Este triste y erróneo acontecimiento precisamente llevó al poder al PSOE y etiquetó a Franco ante las nuevas generaciones como un golpista tipo Tejero. En este episodio se encuentra envuelta en una trama oscura y aún sin resolver, pero que sin duda es la mayor traición al Generalísimo.

Franco era monárquico hasta la médula, tanto que en su gobierno, España siguió siendo un reino y llevó a la bandera nacional el estandarte de los Reyes Católicos como escudo: el águila de San Juan. Su estrecha amistad y lealtad a Alfonso XIII, padrino de su propia boda, y su enemistad con Don Juan, llevó su decisión de tomar como sucesor a Juan Carlos I, al que además le tomó un especial cariño y trató como a su propio hijo. Don Juan en el exilio, como enemigo de Franco, había entablado amistad con los enemigos del régimen: los huidos socialistas y comunistas. Pero el cariño y generosidad de Franco que tuvo con Juan Carlos no fue suficiente. El Rey Juan Carlos golpeó sobre el Generalísimo, una vez muerto.

Todo esto se demostró el 23F. Un golpe que probablemente diseñó y sin duda protagonizó el propio Rey Juan Carlos ante las evidencias y testimonios que dejaron los militares acusados en el juicio. Pero ¿con que fin el Rey diseñaría un golpe de estado?. Precisamente con el fin de descabezar definitivamente la cúpula militar franquista, aún muy poderosa y así acabar completamente con el régimen del Caudillo. Y así se logró, todos los militares más importantes, fieles a su patria y a su rey cayeron en desgracia y el Rey Juan Carlos ganó una popularidad enorme entre los políticos y sobre todo la confianza de los socialistas tan amigos de su padre. También ganó popularidad frente a la población con su actuación en TVE proclamando como malos de la película a los militares. La maniobra que realizó fue hacer creer a los militares que España estaba en una situación insostenible y que él iba a apoyar un alzamiento, para más tarde echarse atrás abandonando a los militares y dejarlos entre rejas.

Este golpe además tuvo un doble efecto y causó la victoria total del PSOE en las siguientes elecciones, ya que la población temerosa de la vuelta de los “malvados militares” al poder, votaron a los “salvadores y demócratas socialistas”. Un golpe perfectamente orquestado que dejó entre barrotes, engañados y traicionados a grandes patriotas como Tejero o Milans del Bosch. También se consiguió que en España se exterminase definitivamente uno de los poderes de la nación: el militar. En la actualidad han sido eliminados además otros poderes como el religioso y ahora quieren acabar con el judicial, quedando como único poder el político. España después de este golpe ha quedado a merced e indefensa de los políticos que han montado su dictadura y tienen bajo su mando a militares, policía, jueces y civiles, y que intentan cada día laminar aún más los poderes e independencia de la Iglesia Católica, una institución que representa nuestra propia sangre. Tal fuerza tiene ahora el poder político que seguramente en un futuro no muy lejano podrán violar un resultado electoral y será prácticamente indetectable, nuestro sistema se corrompe por momentos.

Que más se puede decir de un rey como Juan Carlos I, del que Zapatero ha calificado como “un rey muy republicano”, que acepta los insultos en Vascongadas y Cataluña o que ni se inmuta ante la posible desmembración de nuestra nación. Un rey que no mueve un dedo por la unidad de su país, no defiende su propia Constitución y va dejando que lentamente los separatistas se crean amos y señores de sus territorios. Este monarca deja que se atente impunemente contra la figura del Caudillo, olvidándose que Franco fue quién restauró la monarquía en nuestro país, la misma que habían eliminado socialistas y comunistas exiliando a un amenazado de muerte Alfonso XIII y burlándose de la voluntad de un pueblo mayoritariamente monárquico.

Según la constitución española de 1978 “El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado” y “Corresponde al Rey el mando supremo de las Fuerzas Armadas”, por ahora no hemos visto que el Rey asuma estas obligaciones, ya que las instituciones españolas no funcionan regularmente y muchas incumplen la Constitución como las instituciones públicas vascas o catalanas. Por poner un ejemplo, la Constitución obliga a las instituciones autonómicas a poner en sus edificios la bandera española junto a la de la comunidad autónoma, nunca una bandera de una comunidad puede ondear ni representar nada sin estar junto a la bandera española, y esto no se cumple en muchos territorios de nuestro reino.

Si el Rey de España representa la unidad nacional y tiene autoridad, pero no hace nada por preservarla, no sólo estará traicionando a todos los españoles, sino que estará traicionándose a sí mismo y a toda su dinastía. Permitiendo y firmando la ley del matrimonio homosexual se ha cometido una traición a la Iglesia Católica estandarte de todos los reinos y reinados de España, y se ha violado la propia Constitución Española. El 23F se cometió una traición a Franco y a diario se comete traición a todo lo que el Caudillo representó con la injuria por delante. Francisco Franco regentó un gobierno absolutista pero fue igual de absolutista y no menos glorioso que los reinados del mismísimo Carlos V o Isabel y Fernando, por tanto la figura de Franco merece un respeto y un lugar en nuestra historia, ya que además fue el pueblo español quien luchó y dio su sangre por la victoria de Franco. Pero parece que al monarca Juan Carlos se le haya olvidado quien le dio la llave de su Corona y esto en castellano puede llamarse cobardía, ingratitud o directamente traición.

TOMADO DE: Traición

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