Durante los últimos años una persistente propaganda quiso hacer creer que los llamados niños“homoparentales”, es decir criados por parejas del mismo sexo, se desarrollan igual que los hijos de familias normales. Pero ahora, la ciencia confirma las evidencias del sentido común y echa por tierra esa presunción.
- Mark Regnerus, profesor de Sociología e investigador asociado del Centro de Estudios de Población, Universidad de Texas
Una de las investigaciones más completas producidas hasta ahora sobre el tema es elEstudio sobre Nuevas Estructuras Familiares a cargo del Profesor Mark Regnerus, de la Universidad de Texas. La primera entrega de dicho trabajo, publicada en marzo de este año, ha revelado que, a diferencia de los niños educados en sus familias biológicas, los niños criados por padres homosexuales y lesbianas sufren en la edad adulta serias consecuencias negativas de carácter psicológico, emocional y hasta económico [1].
El Profesor Regnerus subraya las carencias en estudios más antiguos sobre los cuales se apoyan los militantes del homosexualismo, que reivindican para parejas del mismo sexo un supuesto derecho al matrimonio y a la adopción de niños. “La pretensión empírica de que no existe ninguna diferencia notable [entre paternidad homosexual y heterosexual] debe desaparecer”, concluye Regnerus en su trabajo, publicado por la revista “Social Science Research” [2].
Presiones seudo científicas a favor de la “homoparentalidad”
Estudios anteriores, hoy desacreditados, habían servido para obtener en varios países decisiones jurídicas a favor de adopciones de niños por homosexuales. Por ejemplo, en un caso visto por la Corte Europea de Derechos Humanos el año 2008, denominado “E.B. contra. Francia”, intervinieron grupos de presión defendiendo el “derecho” de parejas homosexuales a adoptar, basados en un informe de la Asociación Psicológica Norteamericana (APA, por sus siglas en inglés) del año 2005, según el cual no existiría “ninguna prueba científica objetiva que justifique un trato diferenciado” a parejas del mismo sexo que quieren adoptar, “ya que ... todos los estudios científicos serios han mostrado que los niños de padres homosexuales o lesbianas no son más susceptibles de sufrir problemas emocionales o de otros tipos, que los niños de padres heterosexuales” [3].
De la misma forma, durante el tristemente célebre proceso “Karen Atala contra Chile”, un amicus curiae presentado por 16 grupos de presión argumentó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que la Academia Norteamericana de Pediatría “reconoce que una cantidad considerable de literatura profesional proporciona evidencias de que los niños con padres que son homosexuales pueden tener las mismas ventajas y las mismas expectativas para la salud, adaptación y desarrollo que los niños cuyos padres son heterosexuales” [4].
La realidad se impone a la utopía
- Depresión y otros problemas psicológicos son mucho más frecuentes en niños homoparentales
Ahora, sin embargo, el exhaustivo estudio del Profesor Regnerus pulveriza este mito. Basado en el examen de aproximadamente 3000 adultos provenientes de ocho estructuras familiares diferentes, y respaldado por 40 criterios sociales y psico-emocionales de evaluación, concluye que los niños que crecieron en familias biológicamente intactas son en general mejor educados; tienen mejor salud mental y física; caen menos en las drogas; se envuelven menos en actividades criminales y se afirman felices, más frecuentemente que los criados por homosexuales.
Los resultados más negativos se refieren a niños procedentes de las llamadas “familias homoparentales” de lesbianas. Estos resultados contradicen discutibles informes según los cuales los niños criados por lesbianas se desarrollarían tan bien como los niños de familas normales, o hasta mejor que éstos. El estudio del Profesor Regnerus muestra los efectos negativos de este tipo de paternidad en 25 de los 40 criterios seleccionados para sus investigaciones. Por ejemplo, revela que al llegar a adultos losniños homoparentales han sido más frecuentemente víctimas de abusos sexuales (23% de los niños de madres lesbianas han sufrido abusos por un padre o un adulto, contra 2% de los niños de parejas normales);tienen menos salud física; quedan sujetos a depresión y caen en el consumo de droga con mucha mayor frecuencia que los niños normales, además de que no consiguen empleo: 69% de los niños de familias homoparentales lesbianas dependen de ayudas sociales, contra 17% de los que proceden de parejas casadas.
- Doctor Loren D. Marks, médico y Profesor de la División de Familia, Niños y Ciencias de Consumo de la Universidad de Luisiana
Esta investigación echa por tierra las conclusiones del tan publicitado informe de la APA, que pretendía que “Ningún estudio ha concluido que los niños de padres homosexuales o lesbianas tengan cualquier desventaja significativa en relación con los niños de padres heterosexuales” [5].
¿Puede el árbol malo dar frutos buenos?
Los estudios anteriores comparaban los niños criados por homosexuales a niños que vivían otras situaciones anómalas (de familas “recompuestas”, o de padres solos). Las investigaciones del Profesor Regnerus, en cambio, los comparan sólo con niños criados por sus padres biológicos casados. Y sus conclusiones son mucho más realistas, porque se apoyan en informaciones proporcionadas por los mismos niños, y no sobre las suministradas —y tantas veces maquilladas— por sus padres.
Otro estudio reciente confirma que el controvertido informe de la APA no es confiable. Loren Marks, Profesor asociado a la Louisiana State University, después de una cuidadosa revisión de los 59 estudios en que se basó tal informe, concluyó que el mismo “no se justifica empíricamente”, pues adolece de serias deficiencias metodológicas, como la falta de muestras representativas y otras [6].
En resumen, el estudio de la Universidad de Texas demuestra que los niños adoptados por homosexuales sí sufren desequilibrios psicológicos y emocionales que afectan negativamente su vida adulta. Y no podría ser de otra manera, ya que “el árbol malo no puede dar frutos buenos” (cfr. Mateo 7, 18): la homosexualidad es un grave desorden moral, del cual no puede resultar ningún bien. Por esa razón, por el bien de nuestros niños, el Perú debe rechazar categóricamente cualquier intento de permitir adopciones a parejas del mismo sexo.
[2] REGNERUS, Mark. How different are the adult children of parents who have same-sex relationships? Findings from the New Family Structures Study. Disponible en http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0049089X12000610 y en la edición impresa de "Social Science Research", vol. 41, No. 4, julio de 2012, pp. 752-770.
[3] http://www.ilga-europe.org/home/how_we_work/litigation/ecthr_litigation/interventions/e_b_v_france_written_comments_of_fidh_ilga_europe_baaf_and_apgl_3_june_2005_adoption_by_lesbian_woman_as_an_individual, puntos 25 y 26.
[4] http://www.iglhrc.org/binary-data/ATTACHMENT/file/000/000/564-1.pdf. La referencia es de AMERICAN ACADEMY OF PEDIATRICS. Coparent or Second-Parent Adoption by Same-Sex Parents, "Pediatrics", Vol. 109, No. 2, febrero de 2002, pp. 339 -340.
[5] AMERICAN PSYCHOLOGICAL ASSOCIATION. Lesbian & Gay Parenting, Washington DC, 2005, p.15
[6] MARKS, Loren. Same-sex parenting and children’s outcomes: A closer examination of the American psychological association’s brief on lesbian and gay parenting, "Social Science Research", Vol. 41, No. 4, Julio de 2012, pp. 735–751. Disponible enhttp://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0049089X12000580.
TOMADO DE: Tradición y Acción
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